La ridicula idea de no volver a verte pdf descargar




















Nunca decepciona porque Rosa Montero siempre es recomendable. Me ha sorprendido la manera de enlazar la historia de Marie Curie y su actitud ante la muerte de Pierre Curie, con la suya ante la muerte de su marido. Te hace reflexionar sobre muchos aspectos de las relaciones con las personas que nos rodean.

Por tanto, a una parte del libro le doy 9; a la otra, 2. Promediando: 5. La cantidad de frases que pueden subrayarse y que hacen que levantes la vista del libro para volverlas a pensar, esta vez por ti misma. Acaso sea todo a la vez. Muy recomendable. La autora mezcla la vida de Marie Curie con la suya propria.

Me gusto mucho. Si es tu primer libro de Montero, vas por otros. Al mismo tiempo la escritora nos describe y explica de forma sublime los sentimientos y emociones que acontecen tras la muerte de un ser querido con los que me he sentido en muchas ocasiones muy identificada.

Y, sobre todo, la sinceridad y la sencillez con la que escribe. Ganas de escribir como quien respira. Con naturalidad, con Ligereza. Una pionera absoluta. Un ser distinto. Estaban, dijo. Fue una mujer nueva. Una guerrera. Una Mutante. Pierre y Marie. Porque cuando el dolor cae sobre ti sin paliativos, lo primero que te arranca es la Palabra.

Hablo de ese dolor que es tan grande que ni siquiera parece que te nace de dentro, sino que es como si hubieras sido sepultada por un alud. Tan enterrada bajo esas pedregosas toneladas de pena que no puedes ni hablar. Ahora que lo pienso, en esto es muy parecido a la locura. Es sentir que te has desconectado del mundo, que no te van a poder entender, que no tienes Palabras para expresarte.

Y resulta que en el verdadero dolor, en el dolor-alud, sucede algo semejante. Te callas y te encierras. Me dicen: «Ha muerto. Eso es lo primero que te golpea en un duelo: la incapacidad de pensarlo y de admitirlo. Simplemente la idea no te cabe en la cabeza. El cerebro no puede comprender que haya desaparecido para siempre. Es un concepto inhumano.

Lo cuenta muy bien Ursula K. And I think: dead. Y pienso: muerto. He tenido la inmensa suerte y el privilegio de desarrollar cierta amistad con Ursula K. Le Guin, que es uno de los escritores cuyo magisterio sobre mi obra reconozco de manera consciente el otro es Nabokov. En un fuego enorme arrojo los jirones de tela recortados con los grumos de sangre y los restos de sesos.

Horror y desdicha, beso lo que queda de ti a pesar de todo. Ya digo que el sufrimiento agudo es como un rapto de locura. Con la mejor de las intenciones y el peor de los resultados, seguramente. Oh, no, el duelo y la vida no tienen nada que ver con eso. Que son de una sinceridad, de un desgarro y de una desnudez impactantes. Claro que era una carta personal dirigida a Pierre. El verdadero dolor es una ballena demasiado grande para poder ser arponeada. Arrojamos Palabras como quien arroja piedrecitas a un pozo radiactivo hasta cegarlo.

Todos necesitamos la belleza para que la vida nos sea soportable. Por eso estoy redactando este libro. Todo lo contrario que Marie. Nada que pueda llamarse sonrisa, pero por lo menos su gesto resulta franco y casi alegre. Pierre siempre llevaba una copia de este retrato en el bolsillo de su chaleco. Eran tiempos proclives a la anorexia, sobre todo en mujeres que, como ella, luchaban contra la estrecha jaula de las convenciones.

Suena a melodrama, pero al parecer es cierto. Entonces criaron a sus hijas, a varias generaciones de hijas, desde esa rabia y esa pena. Ahora que lo pienso, esa enardecedora consigna materna viene a ser como decirte: no seas tan mujer.

No seas tan femenina. O no lo seas tanto como yo lo he sido. Esa hembra sin lugar, o en busca de otro Lugar. Muy femenina. Por el contrario, Manya siempre hizo gala de austeridad, casi de descuido en la vestimenta. Alardeaban de su falta de feminidad. Me refiero a que en las mujeres resultan chocantes los atributos tradicionalmente masculinos. De igual modo, nunca se suele resaltar como valor negativo que un hombre sea ambicioso: al contrario, forma parte de su capacidad de lucha, de su competitividad, de su grandeza.

Pero una mujer ambiciosa… ay, es una bruja. Mala de verdad. Que te respete intelectualmente Einstein no es moco de pavo. Nunca me he pintado los labios. Pero volviendo a las fotos de Curie: hay una que me encanta. Casi como quien escucha una leyenda fabulosa, rumores de la existencia del unicornio alado. Para decirlo de otro modo: nadie esperaba nada de Manya. Que eres una Mutante, fracasada como mujer y un engendro como hombre. Son mujeres que lo dan todo por su caballo de carreras: lo cuidan, lo alimentan, lo cepillan; le sirven de secretarias, amantes, madres, enfermeras, publicistas, agentes, guardaespaldas.

Eso hizo Eva Braun con Hitler. Quisiera darle un poco de felicidad en su vejez. Piensa un poco. Cierra los ojos durante unos segundos y no sigas leyendo. En efecto. Y estaba sufriendo graves penas sentimentales. Pero empecemos por el principio. Y el principio es la falta de LugarDeLasMujeres. Hay que tener en cuenta que, hasta el siglo XX, la mujer apenas tuvo opciones laborales. Abadesa de un convento. Cortesana de lujo. Viuda alegre y activa capaz de sacar adelante la empresa o el imperio del esposo fallecido.

Lo muestra con ejemplaridad la historia de la papisa Juana, una leyenda singularmente expresiva. Nada de Madres por el momento, por favor. Saltaron chispas ante sus ojos, tintinearon ensordecedoras campanillas en sus orejas y las estrellas se pusieron a bailar.

No es justo, no es racional, no casa con mis principios ni con mis ideas, pero me gustan guapos. El caso es que nos miran y nos ven, mientras que nosotras los miramos y, en el calor del primer enamoramiento, lo que vemos es una quimera fabulosa. A veces este proceso de desencanto es tan feroz que la convivencia se convierte en un infierno para ambos.

Patricia Highsmith, formidable domadora de demonios, refleja esta cruel deriva del amor al odio en varias de sus novelas, pero sobre todo en la desoladora Mar de fondo. En cambio, creo que nosotras les parecemos a ellos desde el principio unas ranitas preciosas. Envidio la naturalidad con la que nos ven y nos desean. Ni pensarlo. Tuvo que ser muy penoso, desde luego. Son palabras que parecen sacadas de un melodrama sentimental por lo obvias. Con la piedra maestra en la que se asienta el edificio que somos.

El desamor derrumba y derrota. Un jovenzuelo guapo casi le hizo rendirse y aceptar el tradicional destino sacrificial de la hija que se queda a cuidar del padre. O, al menos, de que mueran o resulten mutiladas algunas de nuestras ramas. Estaban tan desnudos, eran tan transparentes en esos retratos. Verano Marie le hizo las natillas que le gustaban.

Por supuesto que Marie hubiera podido responder todas estas preguntas, y eso, justamente eso, es conocer a alguien. Es poseerlo. Un amor animal. Y lo mejor: le dio un chal para que se tapara la cabeza. En alguna novela he escrito que el amor consiste en encontrar a alguien con quien compartir tus rarezas. A Pierre le gustaba taparse con un trapo. Y saberlo todo de esa persona, o al menos saber tanto. Por ejemplo: yo detesto las coles y me pellizco los pellejos de los dedos hasta hacerme sangre.

Los llevamos dentro, somos su memoria. Y yo veo los ojos del Pierre de mi alma sobre su lecho de muerte, y sufro. Y me parece que el olvido ya viene, el horroroso olvido, que aniquila hasta el recuerdo del ser amado. Hay un poema espeluznante de Philip Larkin sobre este legado de dolor que a menudo se hereda de los padres. They may not mean to, but they do.

They fill you with the faults they had And add some extra, just for you. Man hands on misery to man. It deepens like a coastal shelf. La miseria se transmite de persona en persona. Se va haciendo tan honda como una fosa marina. La verdad es que creo que este poema es demasiado tenebroso. Es una pena. Por una de esas curiosas Coincidencias que tanto abundan en la vida, resulta que Paula Rego tiene una serie de dibujos tan brutal como conmovedora que se titula Madres e hijas y que refleja todo esto de lo que estamos hablando.

En fin, la letra es tan obviamente machista que podemos ahorrarnos el comentario. Es un trabajo muy interesante que compara todo tipo de factores: ingresos, cultura, sexo, edad. Es una Culpabilidad socialmente inducida por atreverte a seguir tus deseos, por descuidar tus obligaciones de mujer.

Culpabilidad por ser mala hija, mala hermana, mala esposa, mala madre. Debemos tener perseverancia y sobre todo confianza en nosotros. Debemos creer que estamos dotados para algo, y que alcanzaremos ese objetivo cueste lo que cueste. La fuerza implacable de su proyecto casi da miedo. Su forma de hablar, un poco lenta y reflexiva, su sencillez, su sonrisa grave y joven a un tiempo, inspiraban confianza. La normalidad es un marco convencional que homogeneiza a los humanos, como ovejas encerradas en un aprisco; pero, si miras desde lo suficientemente cerca, todos somos distintos.

Se calcula que el cincuenta por ciento de los europeos sanos lleva una copia de este gen alterado, un quince por ciento suma dos copias y el treinta y cinco por ciento restante no posee ninguna. Theexpression in this word sells the reader impression to examine and read this book again and again. PDF Formatted 8. Form it obviously you fancy! Is that this story impact the parties coming? Of session yes. This book gives the readers many references and knowledge that bring positive influence in the future.

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